lunes, 8 de septiembre de 2014

Perro que no ladra


Por: Felipe Ospina

Ningún perro americano ladró cuando los españoles desembarcaron en las costas del Golfo de Urabá. No podían, eran mudos. Dato curioso, reseñado por los cronistas de indias. Cuando pienso en ello me imagino andando por un camino prehispánico, cerca de una chagra de maíz, yuca dulce y plátano, desembocando en el jardín de un bohío. A mi encuentro llega un grupo de perros pequeños, parecidos a chihuahuas aunque más grandes, con pelambres ocres, meneando sus rabos que dicen: ¡no temas, no ladramos! (son mudos pero se comunican bien). Y pienso: qué tierras estas en las que no ladran los perros, es como si no hubiera ladrones.

Luego me pregunto ¿Qué tendrán en común las palabras ladrar y ladrón? Curioso.

jueves, 4 de septiembre de 2014

El valle de las espirales



INFORME DE LECTURA
Introducción a la arqueología del valle de Aburrá
de Graciliano Arcilia Vélez, U. de A., 1977

Por: M. H. Muñoz

No queda duda de que el mismo valle de Aburrá en que ahora reposa Medellín fue en tiempos prehispánicos una encrucijada de diferentes culturas aborígenes con una rica práctica textilera. Por ello tampoco nos resulta raro que haya arraigado una cultura con el mismo énfasis en los cuatro siglos posteriores a la conquista. Medellín es recordada a nivel mundial por el eslogan de “ciudad de la moda”.